Hoy mi niño me ha regalado un sencillo ramo de girasoles, tan bonito que no puedo dejar de mirarlo. Él sabe cúanto me gustan los girasoles, cómo me gusta mirar los campos amarillos cuando vamos en el coche. Porque el amarillo es mi color; alguien me dijo que eso se debe a que soy Leo, signo de fuego, pero yo nunca he creído mucho en la astrología, (por no decir nada).
En fin, que no quisiera ponerme sensiblona ante mi escaso público; tú has visto mis ojos sonreír cuando has aparecido por la puerta.
posted by Ainhoa on 7:39 p. m.
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Un poco de todo
2 comentarios:
Un buen regalo, sin duda... y duradero :) mas que cualquier otra flor...
La verdad es que sí; ahí siguen, tan bonitos y tan amarillos como ayer.
Bienvenida a mi blog.
Un saludo.
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