
Hoy han empezado las obras en mi edificio. Llevaban amenazando con ello varios meses y, cuando ya casi me había olvidado del tema, ha comenzado el ruido, madrugador y contundente.
Lo primero que he hecho esta mañana es ir a la farmacia y comprar unos tapones para los oídos. Lo segundo, preguntarle a uno de los albañiles cuánto va a durar el infierno. Afortunadamente no va a ser tanto como me temía, apenas semana y media.
Hace unos minutos, con los tapones en los oídos (bendito invento), he terminado de leer un artículo sobre los pasajes líricos de la poesía china en los que se utilizan lo que se llaman palabras vacías. Con ellas se pretende que el ch`i (aliento o espíritu) circule por el poema, que le permita respirar. El vacío es el eje en torno al que se contruye el poema, el que define la relación entre las palabras. Supongo que tendría que leer alguno de estos poemas para llegar al meollo de la idea, pero como tal, como idea, ahora que voy a pasar unos días de nervios acumulados en el estómago por el molesto ruido de un taladro gigante, no puede dejar de parecerme sugerente. Pienso en ese vacío acariciando los contornos de las palabras como el aire acaricia las copas de los árboles e imagino paisajes lejanos; algunos los he visitado, otros sólo existen y existirán, lo sé, en mi imaginación, en una imaginación que ahora anda apretujada, que parece más densa, por la presión de unos tapones de espuma blanda.
posted by Ainhoa on 2:05 p. m.
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Poesía,
Residuos

Me diste la intemperie,
la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.
posted by Ainhoa on 2:23 p. m.
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Poesía

Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.
Pablo Neruda
posted by Ainhoa on 5:25 p. m.
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Poesía

Abro a la mañana de un blanco lunes
la ventana, y la calle indiferente
roba entre su luz y sus rumores
mi presencia infrecuente entre las hojas.
Este moverme...en días totalmente
fuera del tiempo que parecía consagrado
a mí, sin regresos ni paradas,
espacio lleno todo de mi estado,
casi prolongación de la existencia
mía, de mi calor, del cuerpo mío...
y se ha truncado... Estoy en otro tiempo,
un tiempo que dispone sus mañanas
en esta calle que yo miro, ignoto,
en esta gente fruto de otra historia.
(Versión de Delfina Muschietti)
Pier Paolo Pasolini nació en Bolonia en 1922 y murió en Ostia en 1975, asesinado por un joven que declaró haberlo hecho porque Pasolini le proponía mantener relaciones sexuales, algo que no convenció a gran parte de los italianos que siempre han creído que el gobierno estaba implicado. Por entonces se había convertido en un intelectual muy respetado y desde las altas esferas se podrían haber movido los hilos necesarios para deshacerse de un personaje tan incómodo. Porque Pier Paolo Pasolini fue novelista, poeta, ensayista, y dramaturgo, aunque su faceta más conocida sea la de director de cine, y utilizó todos estos medios para desestabilizar el gobierno italiano de la época.
A pesar de que aquí, en España, apenas se conoce su trabajo teatral, hace varios años tuve la suerte de interpretar el papel de Mª Rosa en su obra Calderón, en la sala Cuarta Pared, y desde entonces tengo la extraña sensación de deberle algo, algo hermoso y brillante.
posted by Ainhoa on 1:47 p. m.
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Poesía