Alma de jardinero

30 de abril de 2010

El romero moribundo

La albahaca naciente

El cebollino


Mi Paco siempre ha tenido alma de jardinero; lo que nunca ha tenido es un jardín. Hasta ahora ha tenido que conformarse con unas cuantas macetas a las que, amablemente, me sugería que no me acercara (él conoce mi habilidad para cargarme todo tipo de flores y plantas por exceso o defecto de agua; ¡es que nunca acierto!). Después de ver cómo yo disecaba una planta de romero, decidió que había llegado la hora de ponerse serio, y ahora en nuestra diminuta terraza hay dos jardineras con semillas de cebollino, albahaca, tomillo y tomate a las que tengo prohibido acercarme; sólo puedo mirar y eso es lo que hago: mirar y mirar, pero ahí no brotaba nada...¡hasta ayer! Unas diminutas hojitas de albahaca y unos tallos de cebollino liliputienses aparecieron para nuestra alegría y regocijo. Yo, por supuesto, no podré acercarme a ellos hasta que llegue el momento de la "cosecha" y los pueda utilizar para cocinar. ¿A que son una monada? Bueno, menos el pobre romero, que da penita verlo. Ahora sólo queda esperar al tomillo y al tomate, aunque no sé, me da que de esa jardinera no va a brotar nada. Y juro que yo ni me he acercado.
Fotografías: Ainhoa

 

posted by Ainhoa on 10:36 a. m. under

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Revolutionary Road (Vía revolucionaria), de Richard Yates

20 de Abril de 2010

Frank y April Wheeler son un matrimonio joven con dos hijos que vive en una urbanización a las afueras de Nueva York. Él tiene un trabajo aburrido, ella es un ama de casa poco esmerada y ambos tratan de ignorar el hecho de que se están convirtiendo en un estereotipo de clase media, precisamente aquello que se prometieron que nunca serían. Cada vez más conscientes de ello, intentan aliviar la angustia que sienten con mucho alcohol y conversaciones pretendidamente interesantes con los únicos vecinos que a duras penas soportan. Entonces April cree haber encontrado la solución, una solución aventurera y romántica: la familia se mudará a París, donde ella buscará trabajo de secretaria en alguna organización como la OTAN mientras que él podrá descansar por fin y dedicarse a “encontrarse a sí mismo”. Frank se presta al juego de los preparativos con un entusiasmo fingido, pretendiendo ser, como ella le dijo cuando empezaron a salir, el hombre más interesante que había conocido, pero lo cierto es que él ya ha comenzado a encontrar alivio a su tedio de otra forma: por un lado está siendo valorado en el trabajo y por otro tiene un lío con una compañera de oficina y todo ello le hace sentir bien ya que Frank es un pelín vanidoso; además, no cree que el plan de April vaya a resultar tan fascinante ni tan sencillo como ella piensa. A pesar de todo, siguen adelante con sus planes llegando incluso a poner la casa en venta. Pero el desencuentro es evidente y su relación se va enturbiando con pequeñas peleas, reproches, silencios y el desconcierto al descubrir que ninguno de los dos es capaz de reconocerse, ni a sí mismo ni al otro. Hasta que la situación acaba rompiendo por un lugar que no os voy a contar por si no habéis leído el libro.
Uno de los aciertos de esta novela es, en mi opinión, el uso del narrador que, en lugar de estar sobre los protagonistas cuando suceden los hechos más dramáticos, se posa sobre alguno de los vecinos —los Campbell, la señora Givings— y son ellos los que cuentan cómo lo vivieron todo manteniendo de esta forma el tono sobrio de la narración sin caer en el melodrama.
Conclusión: de lo mejorcito que he leído este año.

 

posted by Ainhoa on 10:40 a. m. under ,

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Kenneth Branagh es Wallander

13 de abril de 2010

Kenneth Branagh fue uno de los primeros actores cuyo trabajo me impresionó de verdad. Todo empezó con Enrique V, siguió con Mucho ruido y pocas nueces y Los amigos de Peter, Morir todavía y ese pedazo de Hamlet de cuatro horas. Pero luego, creo que después del fiasco de Frankestein, le perdí un poco la pista. Hasta hoy. Y es que Kenneth Branagh interpreta al inspector Kurt Wallander en la serie de la BBC británica que emite el canal TNT. ¡Y qué serie! Porque aquí los ingleses han tirado la casa por la ventana: cada capítulo está basado en una novela de Mankell y dura casi dos horas. Puro cine (del bueno) para televisión. Buenos guiones y buenos actores, y la fotografía, que es sumamente inquietante, no importa que las imágenes muestren campos infinitos de cereal o cielos azules, siempre tienen un algo turbador.
Pero lo más importante es que Kenneth Branagh es Kurt Wallander. No puedo pensar en nadie mejor que él para interpretar a este personaje taciturno y desencantado que, por más que lo intenta, no consigue llegar a todo; por si no fuera suficiente con los crímenes que tiene que resolver, su padre tiene Alzheimer, su hija trata de suicidarse en uno de los capítulos y él comienza a tener problemas de salud. Demasiado para ser interpretado por cualquiera.

 

posted by Ainhoa on 1:27 p. m. under ,

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Viajes

04 de Abril de 2010


Marruecos

Edimburgo

Bucarest

Londres

Santorini

Aunque la Semana Santa en Madrid ha estado muy bien (Monet, Rothko, de Kooning, y bares a montones) también ha hecho que me entre el mono de viajar a algún lugar en el que no hablen mi idioma. Hasta que llegue el momento, me contentaré con mirar fotografías de viajes pasados.
Fotografías: Ainhoa y Paco

 

posted by Ainhoa on 6:09 p. m. under

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