02 de Junio de 2009
Ha llegado el buen tiempo, las ganas de viajar se agudizan y hay que hacer algo para matar el gusanillo hasta que llegue el momento de partir hacia esos destinos repletos de sorpresas, aventuras y exotismo. O de playas y chiringuitos. Una buena forma de ir abriendo boca son los libros de viajes. A mí me encantan. Aquí tenéis cinco recomendaciones, aunque podría hacer mil, pero no es cuestión de que os muráis de aburrimiento.
Viajes con mi tía, de Graham Greene.
Os la recomiendo porque es una novela divertidísima sobre un empleado de banca inglés, cincuentón, soltero y acartonado, que en el funeral de su madre se encuentra con su tía, una anciana de vida desenfrenada que pondrá patas arriba la del sobrino sin ningún tipo de miramientos. La tía Augusta tiene momentos memorables, de verdad.
Viajes con Heródoto, de R. Kapuscinski.
No es una novela, sino las crónicas de los primeros viajes como corresponsal del autor. Su mayor deseo al comienzo de su carrera periodística era cruzar la frontera de su Polonia natal y resultó que como primer destino fue enviado a la India. Tras la India llegaron muchos más países y a todos ellos viajaba con la Historia de Heródoto en la maleta. Y eso es lo que nos cuenta, sus experiencias mezcladas con las crónicas del historiador griego, de una forma exquisita y precisa.
La nómada apasionada, de J.F. Geniesse.
Es la biografía de Freya Stark, considerada la última gran viajera. Comenzó a ser conocida cuando en 1927 fue detenida al atravesar un cordón militar que rodeaba a los rebeldes drusos en las montañas del Líbano. Esta mujer increíble vivió cien años, repletos de aventuras casi todos ellos, porque con más de setenta exploró China y Camboya y condujo un Jeep a través de Afganistán y con casi noventa atravesó pasos del Himalaya a lomos de una mula. También fue autora de numerosos libros de viajes.
El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.
Un viaje al corazón del Congo cuando era propiedad privada del sanguinario Leopoldo II de Bélgica, y también un viaje a lo más profundo del alma humana. Un relato impresionante.
Una habitación con vistas, de E. M. Forster.
Esta novela narra el viaje, a principios del Siglo XX, de una joven inglesa de clase media, Lucy, y su prima Charlotte (que es más una carabina que otra cosa) a Florencia. Todo comienza porque en la pensión en la que se alojan les dan una habitación que no tiene buenas vistas, lo que provoca que otros huéspedes ingleses, un padre y su hijo, se ofrezcan a intercambiar las habitaciones. A partir de ahí se entablará una relación entre ellos que tendrá consecuencias apasionantes. Una de mis novelas favoritas.
posted by Ainhoa on 11:29 a. m.
under
literatura,
Viajes
6 comentarios:
No he leído ninguno, pero me los apunto. En concreto, Una habitación con vistas, que me la han recomendado varás personas. Abrazo!
Espero que te gusten si te decides a leerlos. "Una habitación con vistas" es genial y los demás, cada uno en su estilo, también me gustaron mucho cuando los leí. De hecho, "Viajes con mi tía" lo he leído varias veces.
Besos.
Me quedo con tu recomendación, me gusta mucho la literatura de viajes. Una habitación con vistas es una novela estupenda y El corazón de las tinieblas todo un misterio... el resto no los conocía, pero los buscaré.
Un beso.
Ainhoa: Tengo qué hacer dos regalos. Cuál elijo para mi jefe -50, buena gente y buen lector- y mi compañera de trabajo -30, lectura light--
Te agredeceré, les agradeceré un consejo entre estos cinco (así luego los pido en préstamo). Qué mala persona soy !! pero es que los libros "me pueden".
Saludos desde el sur, ana
A mí me apasiona la literatura de viajes, Capri. Pienso que de alguna manera es otra forma de viajar. Ya me dirás qué te parecen los otros tres libros si al final los lees.
Besos.
Hola, Ana.
A ver, a ver...
Para tu jefe "Viajes con Heródoto" sin duda porque si es tan buen lector como dices, seguramente ya habrá leído "El corazón de las tinieblas".
Y para tu compañera de trabajo "Viajes con mi tía", que es muy divertido.
Espero haberte ayudado y que los disfrutes tú también cuando te los dejen.
Besos.
Publicar un comentario