La lluvia cae, intensa, como si fuera eterna.
Un estallido. Después, confusión.
Una colisión en el cruce que veo desde mi ventana.
Contemplo idiotizada cómo un coche negro sale volando hacia atrás, literalmente, como en una película de acción. Pero es grande y fuerte. Creo que no ha sufrido demasiado. El otro, el verde, permanece en el centro del cruce, desolado, hecho añicos.
Los ocupantes parecen estar bien. Están asustados.
El de la sudadera amarilla me recuerda a mi hermano.
La lluvia sigue cayendo, intensa, como si fuera eterna.
En mi salón suena Dosed. ¿Cómo pudieron destrozar una canción tan hermosa con ese estribillo tan agudo, tan simplón? ¿En qué estaban pensando?
Quiero caminar bajo la lluvia, pero tengo frío y me puede la pereza. Seguiré contemplando cómo cae desde mi ventana, ahora que la grúa se ha llevado el coche verde. Verde y vencido.
posted by Ainhoa on 4:54 p. m.
under
Residuos
4 comentarios:
Hola, Ainhoa...
Andaba por aquí... me encantó el texto, esa melancolía de los días de lluvia que parecen como en suspenso, casi como si todo sucediera por inercia.
¿Cómo va la lectura con tus "pichonas"? Así les digo a mis chiquilinas escuchas de la novela compartida.
Un abrazo
Gaby
Hola, Gaby.
Gracias por el comentario. A veces las tardes de sábado lluviosas resultan inspiradoras.
Con las niñas, muy bien. Estamos a punto de terminar la novela y andan de lo más entretenidas con sus hipótesis sobre cómo acabará.
Tengo que empezar a pensar en algún otro libro o quizá mejor un buen relato, ya que no nos quedan muchas clases antes de las vacaciones de verano.
Ya te iré contando.
Un abrazo.
Ainhoa
Cuantos ríos de tinta ha inspirado la lluvia, me parece increíble que algo tan simple sea tan evocador, pero que lo es, lo es, es seguro... a mí también me gusta. Un beso.
Sí, Capri, no sé qué tendrá la lluvia que a veces, contemplándola, uno incluso tiene la sensación de poder convertirse en otra persona aunque sólo sea por unos minutos.
Un beso.
Publicar un comentario