Barbapapa


Hace un par de años, en una librería de París, encontré los libros de la familia Barbapapa, que fueron mis favoritos durante mi niñez. Nunca tuve uno que fuera mío, pero los leí tantas veces en la biblioteca de mi pueblo que cuando los abrí en aquella librería parisina no me sorprendí demasiado al comprobar que todavía recordaba las historias y muchos de los detalles de las ilustraciones. Compré dos, en francés, no pude resistirme; de vez en cuando me gusta ojearlos y hay veces en las que siento una especie de vértigo cuando, a través de esos personajes, parece que pudiera regresar a la biblioteca de la Plaza Esperanza, con la bibliotecaria Pilar y su gesto adusto mandándonos callar incluso cuando no abríamos la boca, y aquel olor pesado, como de humedad y polvo y tinta y sudor. Y aunque la infancia nunca me ha parecido ese lugar precioso al que regresar, un viajecito relámpago de vez en cuando no está tan mal.

 

posted by Ainhoa on 6:07 p. m. under

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