Auster, Frusciante, Baricco, Grohl y The Jam

Ayer fue un gran día. Por la tarde recibí un paquete de mi amigo Pelayo con la novela gráfica que Paul Karasik y David Mazzucchelli hicieron basada en Ciudad de cristal, una de las novelas que forma parte de La trilogía de N.Y., de Paul Auster, eso sí, he de devolvérsela; pero el paquete también incluía,para mí, y sólo para mí, Seda de Alessandro Baricco y un libro-homenaje a Paul Auster elaborado por la Editorial Anagrama. Además, el dvd Skin and Bones de Foo Fighters y el dvd Live at Slane de Red Hot Chili Peppers, que habré visto unas cuatro veces en menos de veinticuatro horas, y es que no me canso de ver a mi adorado John Frusciante, cuatro, cuarenta y cuatrocientas veces.
Y por la noche fui con mi novio al concierto que The Jam dio en la Joy y que estuvo genial aunque un poco corto para mi gusto, apenas hora y media, que supo a poco, pero que disfrutamos como locos, a pesar de la ausencia de Paul Weller. Hicieron un repaso de sus clásicos dejándose aún así unos cuantos como That´s entertainment o Private Hell para mi disgusto (lo mismo me ocurrió con Moby hace un par de años, cuando pasó de tocar Extreme ways). En cualquier caso el concierto mereció la pena, por escuchar esas canciones en directo, por el ambiente que crearon y porque siempre me alegra comprobar que a pesar del paso de los años, el aumento de responsabilidades, la alopecia, la flacidez carnal y la barriguita, hay gente que no resigna a deshacerse de todo aquello que en su juventud les hizo felices, y no lo digo por los Jam precisamente, a los que el escenario rejuvenece sin duda, sino por una parte muy grande del público que no se cansaba de corear las canciones, de saltar, aplaudir y sonreír, como si hubieran atrapado en un instante la esencia misma de su juventud. Y es que la música es así de generosa.

 

posted by Ainhoa on 4:40 p. m. under

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