Hoy, mientras desayunaba, he visto el primer capítulo de una serie emitida en el canal National Geographic titulada "Partir" (el título original es "Departures"). La serie cuenta con doce capítulos en los que dos canadienses, Scott Wilson y Justin Lukach, dejan sus trabajos para dedicarse a recorrer el mundo durante un año. En el episodio de hoy, antes de abandonar su país, deciden conocerlo un poco mejor y para ello viajan de costa a costa en autocaravana.
Canadá nunca me había llamado demasiado la atención, pero tras ver esos paisajes, esos amaneceres y atardeceres que parecen escapar a la comprensión humana, creo que no me importaría perderme por allí. Además, mi amiga Katerina vive en Calgary...
De todas formas, creo que lo que me atrae es esa manera de viajar, sin importar demasiado el destino. Un año en la carretera (me pido el papel de copiloto. Me encanta llevar el mapa sobre las rodillas, señalar los lugares visitados, anticipar los que vendrán y ver cómo se estropea por el uso), lejos de la seguridad que te da lo conocido, con la oportunidad de vivir experiencias que sobresalgan dentro del gris en el que se va convirtiendo la vida poco a poco y sin que te des cuenta. Y es que a mí me estimula eso de sentirme extraña en un lugar porque, una vez arrancado de tu hábitat natural, te expones a que ocurra cualquier cosa y eso es lo verdaderamente emocionante.
Siempre he querido hacer algo así, pero nunca he encontrado a nadie dispuesto a dejar su vida conocida durante un año. Quizá debería comenzar a plantearme la opción de hacerlo yo sola, aunque tenga que sacrificar el papel de copiloto por el de pasajera de avión, tren o autobús (o lo que se tercie).
posted by Ainhoa on 11:21 a. m.
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Viajes
9 comentarios:
Liberto Brau, del clan literario de Pau Llanes (Arterapia Sentimental), les anuncia e invita a la inauguración de su blog “Amanece púrpura”. Se trata de una novela en proceso que el autor irá publicando capítulo a capítulo, semanalmente, si se cumplen sus expectativas tanto de lectores como de apoyos en sus comentarios. Para ello recomienda leer entre otros textos de introducción el “Acuerdo del autor con sus lectores”. Ojalá la lectura de este primer capítulo de “Amanece púrpura” les agrade lo suficiente como para motivar sus palabras y comentarios, sostener la espera de nuevas entregas mientras tanto y formar parte de su lista de blogs favoritos. Gracias por su atención y curiosidad, por su lectura, por sus palabras… Y disculpen esta entrada así de sopetón en sus casas… Me tomé la libertad de hacerlo por la confianza y hasta cierto punto complicidad que me da habernos leído algún día (aun anónimos y silenciosos) y por la oportunidad que nos brindó Arterapia Sentimental para encontrarnos alguna vez en nuestra dispar vida de bloggers… Liberto Brau
Me recuerdas al tío de Gobo en los Fraguel Rock
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Buhhh fueram censura, fuera
No es censura, es un poco de control frente a la poca educación de algunas personas. No me refiero a ti, por supuesto, a pesar de compararme con un fraguel ;-)Te lo perdono porque es el tío de Gobo, Matt el Viajero si no recuerdo mal.
Un beso.
Gracias por la invitación, Liberto. Me pasaré a leer ese primer capítulo.
Un saludo.
Yo ya sabes que me apunto. Y empezar por Canadá estaría bien, siempre me ha atraído ese país.
Pero es que a mí también me gusta ir de copiloto, con el mapa. Además, las chicas con los mapas siempre sois un desastre... ;o)
¿Qué tal estás? A ver si nos vemos y te cuento mi viaje Transiberiano, y tú me cuentas el tuyo por Rumania.
MUA!
Creía que te habías perdido por la estepa siberiana; me alegro de que hayas vuelto. A ver si quedamos un día de estos.
Y sí, he de confesar que al principio era un desastre con el mapa, pero todo es cuestión de práctica y ahora se me da muy bien.
Hablamos.
Un beso
Yo me apuntaría, pero por unos cuantos años largos me va a tocar aplazarlo. Si por lo que sea lo aplazas o piensas repetirlo,cuenta conmigo en unos 25 o 30 años y ahí estaré, superdispuesta, estas cosas hay que hacerlas alguna vez en la vida.
No te rias que ya sé que no me vas a esperar.
Besitos y hablamos
Pero abuela....¡¡¿25 o 30 años?!!No sé yo qué tal andarán mis caderas dentro de tantos años, pero bueno, todo será esperar y hablarlo entonces.
Te llamo este fin de semana, a ver si podemos quedar un día de estos.
Besos.
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