14 de septiembre de 2011
Paco me regaló un ebook para mi cumpleaños. A todo el que se lo digo reacciona como si le hubiera dicho, parafraseando a Tori Amos, que tengo al Anticristo en la cocina. Seguidamente he de proceder a tranquilizarlos. No os procupéis, eso no significa que vaya a renegar del libro tradicional ni a dejar de ir a la biblioteca. El libro es uno de mis objetos favoritos, pero he de reconocer que el ebook alivia los problemas de espacio de mi piso diminuto. Paco y yo tenemos libros hasta en el suelo (¿y cómo barréis?, me preguntó mi madre, con cara de espanto, cuando se lo dije), incluso en la cocina, y ya no tenemos espacio para muchos más.
Otra de las ventajas del ebook es que es perfecto para llevar los apuntes de la oposición, que en papel pesan más o menos una tonelada. De esta manera puedo estudiar en el metro o en la sala de espera del dentista sin tener que montar un campamento base para ello.
Por ahora, mi ebook y sus primos, los libros de toda la vida, se llevan de maravilla. Al menos en la república independiente de mi casa.
Pues ya explicarás que tal la experiencia...
ResponderEliminarYo aún no he sucumbido a las virtudes del ebook, aunque tampoco nadie me lo ha regalado... ¡Qué suerte tienes!
ResponderEliminarSupongo que tanto el libro tradicional como el ebook tienen sus ventajas y hay que aprovechar cada una de ellas.
Enhorabuena por la nueva adquisición!!
De momento no le encuentro ninguna desventaja salvo por el hecho de que no huele a nada (me encanta oler los libros) y en la estantería no luce tan bien como los libros tradicionales.
ResponderEliminarSaludos!
Yo no lo tengo todavía, pero creo que todo se andará. Tengo algunos libros en pdf y me resulta incómodo tener que leerlos en el ordenador. Me gustaría poder llevármelos para leer en el sillón o en la cama.
ResponderEliminarSaludos
Si te animas, ya me contarás. Por supuesto, es mucho mejor que leer en el portátil, pesa menos y la pantalla no cansa la vista.
ResponderEliminarSaludos!