El cielo de Madrid a 2€





27 de Julio de 2009
El pasado jueves, Tere, una de mis alumnas de la Residencia Las Rosas, y yo pasamos la tarde en el centro de Madrid. Primero fuimos a ver la exposición de Matisse en el Thyssen (preciosa) y luego subimos a la azotea del Círculo de Bellas Artes. Ascensor directo al cielo de Madrid por 2€.
Hasta el 30 de agosto, de lunes a viernes de 18.30 a 22.00 horas, y sábados y domingos de 11.00 a 14.00 horas y de 16.30 a 20.00 horas.

Fotografías: Ainhoa

 

posted by Ainhoa on 9:22 a. m. under ,

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Cambio de imagen

26 de Julio de 2009
Aunque me temo que la que lo necesita en realidad es una servidora, me da tanta pereza salir de casa con estos calores para acabar debajo de un secador, que he decidido que el cambio de imagen lo tenga mi blog, que ni suda ni nada y seguro que lo luce con más dignidad. Y es que creo que la anterior versión se había quedado un pelín obsoleta. Todavía tengo que darle algunos retoques y comprobar algunas cosillas, pero por el momento me gusta bastante. Espero que a vosotros también.

 

posted by Ainhoa on 7:33 p. m. under

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Al sur del Edén, de David Mamet

25 de Julio de 2009


Al sur del Edén es un librito muy curioso que encontré el otro día en la biblioteca por casualidad. Escrito por el cineasta David Mamet, habla de su amor por la tierra en la que vive: Vermont. Habla de sus vecinos, del paisaje, del frío, cuenta anécdotas y lo mismo reflexiona sobre el significado de Estado y Nación que sobre las cocinas de leña o la ropa de campo. Me ha gustado mucho, me han dado ganas de perderme en un bosque y refugiarme en una casa de madera.

 

posted by Ainhoa on 5:25 p. m. under ,

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Un paseo por Sighisoara

21 de Julio de 2009







Salonul Magic. Acabamos de encontrar una nueva palabra para nuestra lista. El idioma rumano es latino y muchas de sus palabras son reconocibles para nosotros, con la particularidad de que terminan en “ul”: parcul, arcul, camionul… Es tan divertido que hace días que el perro pasó a ser perrul y el gato gatul, aunque de momento no podamos confirmar que sea así de verdad. El Salonul Magic tiene un anacrónico letrero en forma de espejo enmarcado por unos rizos herrumbrosos (me recuerda al espejo de la madrastra de Blancanieves); es una peluquería situada en una plaza de la parte baja de Sighisoara, ciudad medieval amurallada de la región de Transilvania que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.
Tras añadir salonul a nuestra lista, tomamos la empinada calle que nos llevará a la Torre del Reloj, en la ciudad alta.
Es un día nublado y amenaza lluvia, pero nos gusta, y es que pensar en una Transilvania soleada nos produce más pavor que el mismísimo Conde Drácula.
La Torre del Reloj, que tiene un precioso tejado de fantasía hecho de tejas de cerámica policromada, mide sesenta y cuatro metros y fue construida en la segunda mitad del Siglo XIV. El reloj de la torre tiene unas figurillas de madera que simbolizan los días de la semana. Nos paramos a observar el conjunto y no se nos ocurre una entrada más apropiada para la ciudad alta.
Las calles están prácticamente vacías y la atmósfera es tan serena y acogedora que fantaseamos con la idea de comprar una de esas casitas color melocotón y trasladarnos a vivir aquí.
Frente a la Torre del Reloj se abre una plaza en la que se encuentra, convertida en bar, la casa donde vivió Vlad Dracul, el padre de Vlad Tepes, el príncipe valaco en el que se inspiró Bram Stoker para crear a su famoso conde. La ciudad es tan encantadora que casi nos habíamos olvidado de que aquí nació Drácula, en 1431, reza la inscripción del busto de piedra de Vlad Tepes que encontraremos más adelante. En realidad se llamaba Vlad Draculea; Tepes quiere decir “empalador”, apodo que se ganó por afición que el voivoda sentía por esta técnica de tortura y muerte. Dracul significa dragón o demonio, de donde deriva Draculea, “hijo de Dracul”.
En la Piata Cetatii, la plaza principal de la ciudad alta que está rodeada de edificios de las épocas renacentista y barroca, hay uno que hace esquina en cuya fachada hay una cabeza de ciervo de madera con cuernos de tamaño natural, justo lo que faltaba para rematar ese aire de irrealidad que nos rodea.
Seguimos caminando por calles adoquinadas y por otras sin pavimentar, entre casas azules, naranjas, rosas, verdes, con tejados que parecen hechos de gigantescas escamas de pez, hasta que encontramos la Muralla que rodea la ciudad alta. Se remonta en su mayoría al siglo XIV, cuando se amplió y fortificó precipitadamente tras los ataques mongoles de 1241. Se conservan nueve de las catorce torres originales, casi todas restauradas, según podemos apreciar dando un paseo por la cara externa, entre maleza y gallinas.
Descendemos hacia la ciudad baja para cruzar el río Târnava. Al otro lado del puente nos recibe, blanca y rotunda como una novia glotona, la Catedrala Ortodoxa, construida a principios del siglo XX. Entramos buscando un poco de calor porque el frío es ahora más intenso. Nos sentamos en una vulgar silla de madera y es que el interior de muchas basílicas tiene un desconcertante aire provisional y luce mobiliario de casa (como el reloj de cocina que hay aquí incrustado en el altar), sillas de comedor o mesas cubiertas con llamativos manteles de plástico sobre los que encontramos velas y estampitas. Observamos en silencio los rituales de los fieles que, a pesar de no ser hora de misa, encontramos allí rezando. Se santiguan al revés que los católicos, primero el hombro derecho y luego el izquierdo, y lo hacen tres veces en el umbral de la iglesia y también delante de la imagen a la que le rezan en privado, pintada sobre los muros o sobre madera. Éstas últimas suelen estar protegidas por cristal para que los fieles las puedan besar. Muchos de ellos recorren prácticamente la basílica, parando delante de cada imagen y besando el cristal que las aísla.
Cuando salimos ya ha anochecido y comenzamos a tener hambre. Hemos visto algunos restaurantes en la ciudad alta que tenían muy buena pinta, pero nos encontramos con la sorpresa de que están llenos. Entonces nos preguntamos, ¿de dónde ha salido toda esta gente? Porque, de acuerdo, había algunos turistas, pero no parecían suficientes como para llenar todos los restaurantes de la parte alta de la ciudad. Volvemos a la ciudad baja y encontramos mesa libre en un restaurante italiano llamado Concordia. Hoy no toca experimentar con la gastronomía rumana (sus sopas, la carne y unas tortas de patata que nunca olvidaremos son excelentes). Pasta y cerveza y un ambiente calentito que agradecemos. Las raciones son abundantes y el precio muy asequible. Aunque a nuestro alrededor el ambiente es ruidoso y la gente juega a las cartas y fuma y bebe cerveza sin parar como si estuviéramos en un bar de uno de los pueblos mineros del norte, la decoración es tan moderna que parece un restaurante de Manhattan. Salvo por una mesa de alemanes, somos los únicos extranjeros. Frente a nosotros se reúne un grupo de chicos y chicas que parece celebrar algo. Uno de ellos pide una pizza de la que podrían comer diez personas y no exagero. Parece que todos sus amigos le toman el pelo y están pendientes de él, como el resto del restaurante, por lo que se afana en no defraudar a un público tan agradecido y cuando se zampa en último trozo nos mira y sonríe con gesto triunfal. Le devolvemos el gesto levantando nuestros vasos, casi vacios, hacia él. Pedimos un par de cervezas más. Se está tan bien aquí…

Fotografías: Ainhoa y Paco

 

posted by Ainhoa on 11:28 a. m. under ,

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Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson

17 de Julio de 2009

Este libro te hace pasar un buen rato, no hay duda. De hecho, hay momentos en los que si alguien se hubiera atrevido a interrumpir mi lectura probablemente le hubiera pegado un tortazo.
Los hombres que no amaban a las mujeres es una novela negra ambientada en una Suecia que poco tiene que ver con esa imagen tan civilizada y bucólica que nos viene a la mente cuando pensamos en ella.
Con la excusa de resolver un misterio que lleva casi cuatro décadas sin respuesta, Larsson se dedica a criticar sin piedad a la sociedad sueca, a la crueldad con la que trata a todos los que pretenden saltarse las normas o, simplemente, a los que no encajan en su esquema. Habla de la violencia contra las mujeres, del abuso de poder por parte de las grandes empresas, de la corrupción de los medios de comunicación, de los esfuerzos y las consecuencias de mantener las apariencias, de la falta de ética y moral..., en definitiva, de toda la mierda que los suecos cubren de nieve para acabar mostrando una estampa idílica.
A pesar de ello, no puedo evitar preguntarme por qué. ¿Por qué esta novela (esta trilogía en realidad) y no otra ha tenido que convertirse en el último gran fenómeno literario? Me explico. No es que yo sea una experta en este tipo de novelas (no es que sea experta en nada, en realidad) pero algunas he leído y, como en ésta, he visto esa misma clase de crítica dirigida a un estamento u otro de la sociedad; el país dependerá del autor. Me viene a la mente por ejemplo El jurado, de John Grisham. Como en ésta también, los personajes son poco profundos y previsibles, estereotipados en muchos aspectos. La trama enrevesada y rebosante de datos. El lenguaje bastante plano, incluso hay veces que parece telegráfico. Vamos, que no sé dónde está la originalidad en la obra de Larsson. Supongo que el hecho de que el autor falleciera de un infarto una semana después de haber entregado los originales a la editorial le ha dado un halo morboso que viene muy bien para el negocio (aunque también he leído que la editorial española que lo publica lo compró sin problemas porque ninguna otra se mostró interesada en la obra). Lo que quiero decir es que es una novela que se deja leer, que es entretenida y dinámica, pero sin más; por eso todavía no entiendo a qué viene tanto alboroto.

 

posted by Ainhoa on 12:30 p. m. under ,

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Metallica

14 de Julio de 2009


James Hetfield

Robert Trujillo

Kirk Hammett

Lars Ulrich

Yo no creo en Dios, pero si existiera, me encantaría que se pareciera a James Hetfield. Si tuviera su voz, me sobraría todo lo demás; ni promesas de vida eterna ni chuminadas por el estilo. Un buen "master, master" y me convierto, aunque tuviera que morirme al terminar la canción. Y ni siquiera eso, unas palabritas como las del vídeo que grabé anoche, y que os dejo a continuación, serían suficientes. Vale, a lo mejor es un poco exagerado, pero es que todavía estoy sintiendo la euforia del concierto de ayer (aún no me puedo creer que tocaran Turn the page.)

Fotografías y vídeo: Ainhoa

 

posted by Ainhoa on 12:54 p. m. under

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Regalos de cumpleaños

10 de Julio de 2009

Mi primer regalo de cumpleaños esta vez llegó con más de un mes de antelación. Aunque más bien debería decir mis primeros regalos, porque Cary (mi "padre americano") me envió desde Dallas una caja llena de libros y utensilios de cocina. Y es que, desde que le dije que me había dado por trastear con las cacerolas, el hombre anda todo emocionado. Él es un gran cocinero (curioso que yo aprendiera a apreciar la buena comida en Texas) y no hay nada como alguien que descubre que puede compartir sus aficiones/pasiones con otra persona. Así que ahora me paso el día ampliando mi vocabulario culinario en inglés, disfrutando como una loca con Kitchen Confidential, el libro del chef Anthony Bourdain, intercambiando impresiones gastronómicas con Cary vía email y preguntándome cuántas vidas necesito para cocinar todos estos platos. ¡Ah! Y cocinando, claro. De momento cosas sencillitas, que todo llegará (espero).
Fotografía: Ainhoa

 

Tenemos que hablar de Kevin, de Lionel Shriver

06 de Julio de 2009

Tenemos que hablar de Kevin es uno de esos libros que se te quedan enredados en la memoria después de hablerlos leído. Y eso, a pesar de tener un montón de cosas que no me gustaron demasiado.
La historia está contada por Eva Khatchadourian a través de una serie de cartas dirigidas a su marido. Eva es la madre de Kevin y Kevin es el autor de una masacre en un instituto estadounidense. Mientras su hijo cumple condena, ella, por medio de esas cartas, repasa su vida, su matrimonio y sobre todo su papel como madre de un niño que acabó convertido en asesino adolescente, tratando de comprender lo que ocurrió y cuál fue su papel en lo que hizo Kevin.
Una de las virtudes del libro es que no termina siendo un análisis panfletario sobre un asunto tan peliagudo como las matanzas en los institutos americanos. Otra, la nitidez de los personajes. Otra, algunas de las reflexiones que Eva hace sobre la maternidad, crudas, sinceras y alejadas de lo políticamente correcto. Y la tensión, porque si algo hace bien la autora es mantener la tensión durante toda la novela.
Pero, como ya he dicho, hay un montón de cosas que no me gustaron, como por ejemplo que Kevin fuera tan malvado casi sin haberlo parido y que esa maldad del hijo se plantee como una consecuencia lógica de su frialdad como madre, ya que ella no quería tenerlo. O que su marido justifique los actos de Kevin de una forma que resulta un tanto exasperante. Tampoco me convenció que la niña que tuvieron después, mucho más deseada por Eva que Kevin, fuera todo lo contrario, la bondad personificada. Demasiado maniqueo para mi gusto. Y el truco que utiliza para revelar al lector por qué las cartas de Eva no tienen respuesta me pareció una tomadura de pelo, un giro efectista que chirría demasiado.
Aún así, Kevin Khatchadourian, ayudado por ese nombre tan aparatoso, es uno de esos personajes inquietantes que resultan difíciles de olvidar porque está muy bien creado "visualmente". Quiero decir que, a pesar de ese maniqueísmo, de esa maldad sin fisuras poco creíble a veces, lo "ves" con tanta nitidez que se te mete en la cabeza y acabas pensando en él como en alguien que de verdad hubieras conocido, y creo que ese es uno de los mayores aciertos de la novela.

 

posted by Ainhoa on 9:48 a. m. under ,

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Espirales de hojaldre

03 de Julio de 2009


Aquí tenéis otra muestra de mis "experimentos culinarios" (creo que así los llama Lilith). Espero que os guste si os animáis con la receta.

Ingredientes (20 espirales):
Una lámina de masa de hojaldre (se pueden encontrar en la sección de congelados de cualquier supermercado).
Mostaza Dijon
Jamón cocido (las lonchas necesarias para cubrir la lámina)
Queso a nuestra elección (las lonchas necesarias para cubrir la lámina)
Un huevo

Elaboración:
Es una receta muy sencilla.
Empezamos por poner el horno a 150º para que coja temperatura mientras preparamos las espirales.
Después, untaremos la lámina de hojaldre (previamente descongelada siguiendo las instrucciones del fabricante) con una capa de mostaza Dijon. Como al final enrollaremos la masa empezando por el lado más próximo a nosotros, es mejor dejar unos tres dedos de masa del lado más alejado de nosotros sin untar con mostaza, para que después no se nos salga.
Sobre la mostaza colocamos las lonchas de jamón y después las de queso, dejando igualmente sin cubrir los mismos tres dedos de masa de hojaldre.
Como ya se ha indicado, empezando por el lado más próximo a nosotros enrollamos la masa con el relleno formando un tubo lo más compacto posible. Lo envolvemos con film transparente y dejamos reposar una media hora en la nevera. Después, con un cuchillo bien afilado cortamos el tubo en rodajas de medio centímetro aproximadamente. Colocaremos las rodajas en una bandeja de horno sin que se toquen. Pincelamos la parte superior con un huevo batido para darle brillo y después horneamos durante unos quince minutos a 150º.
Calentitas están muy buenas, pero al día siguiente, frías, están también muy ricas porque el sabor de la mostaza se ha potenciado.

 

posted by Ainhoa on 11:18 a. m. under ,

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