
La belleza del desierto es el silencio. Y con el silencio se empieza a comprender todo. Sam Shepard
29 de enero de 2009
Alice Munro

17 de enero de 2009
Nieve en el parque
11 de enero de 2009
El jugador
Sergio Hernández-Ranera dice que, de vivir hoy, Dostoievski sería el más heavy. Y no le falta razón. En su obra "El jugador" , escrita en muy pocas semanas bajo la presión de un agente bastante rastrero al parecer, deja en evidencia al sempiterno colectivo social compuesto por personas que solo tienen imagen y muy poco contenido. Personas que se llenan la boca de fórmulas decorosas mientras sus manos emponzoñadas se afanan en amontonar dinero fácil sin importar los métodos utilizados para conseguirlo. Y entre ellos se cuela Alexei Ivanovich, tutor de los hijos de un general al que solo le quedan las medallas. Ivanovich es insolente, cotilla, descarado, pobre y sin reparos a la hora de reconocerlo, lo que hará más evidente la hipocresía del resto.
La novela tiene un ritmo atolondrado, un lenguaje directo y como siempre en Dostoievski, los personajes se debaten entre la salvación y la miseria más miserable. Y todo es cuestión de un segundo, un milímetro o un leve parpadeo.
"El jugador" no es "Crimen y castigo", su lectura no te lleva a la extenuación, pero tiene momentos memorables y la presencia de Antonida Vasilievna Tarasevicheva no tiene precio.
De propina, un vídeo dedicado al más heavy.