Daniel Mordzinski - El fotógrafo y el escritor


Hace unos días fui a ver la exposición de fotografía de Daniel Mordzinski en la Casa de América. Esta vez, el objeto de su objetivo son escritores que escriben en español.
Borges en blanco y negro, de perfil, sentado pero apoyado a pesar de todo en su bastón. Una mano le indica hacia dónde mirar aunque me temo que sin voz es un gesto inútil. Creo que él ya no puede ver.
En una foto cercana está su buen amigo Bioy Casares, también con las manos apoyadas en su bastón. Bioy tiene la mirada triste, como si no quisiera dejarse fotografíar. Me resulta incómodo observar esa imagen durante más de cinco segundos, pero persisto, por si la sensación es pasajera o resulta engañosa, pero no lo es.
Es más fácil observar a Javier Cercas de pie en el centro de una piscina redonda de plástico, con el agua por las rodillas, leyendo un libro. A Juan Goytisolo o a Octavio Paz, tan dignos ellos. O la falsa modestia de Vargas Llosa, que cubre su rostro con unas manos muy cuidadas. También el exhibicionismo egocéntrico y divertido de Enrique Vila-Matas, que abre su gabardina con ademán osceno para mostrar varias copias de una fotografía suya colgando en el interior.
Hay a quienes muestra trabajando, como a Eduardo Berti, que está tomando notas en un cementerio que parece salido de Pedro Páramo; o a Julio Llamazares, en su estudio, rodeado de libros, de cuadernos, descalzo, con su hijo (imagino que es su hijo) tratando de cerrar la puerta para preservar la intimidad creativa de su padre; a Arturo Pérez Reverte, que está de espaldas en lo que parece, por su frialdad, el escritorio de una habitación de hotel.
Me gustaron especialmente las manos ajadas de Miguel Delibes, y las de Marifé Santiago Bolaños, que sujetan un libro escrito por ella. Sólo manos, no hay rostros en estas fotografías. También me gustó ver a Ricardo Piglia en una estación cuyos trenes no parecían llevar muy lejos. Y a Quim Monzó en plan mesiánico en un parking inquietante. A Rosa Montero, tan hermosa, tan consciente de sí misma. A Francisco Ayala, anciano y entrañable hasta las lágrimas.
Eran tantos...

 

posted by Ainhoa on 4:40 p. m. under

4 comentarios:

desconvencida dijo...

Me encantaría asistir a esa exposición! Qué buena pinta...

Ainhoa dijo...

Se acaba este domingo, así que será mejor que te des prisa porque merece la pena.
Besos.

Anónimo dijo...

ME GUSTA LO QUE ESCRIBES. LO SIENTO COMO UNA PÁGINA DE VIDA PROFUNDA. DESEO QUE NO TE ESCONDAS TRAS LOS ESPEJOS DE LOS OTROS Y NOS DES ALGO TUYO. VISITA MI BLOG
http://amalialateano.blogspot.com
BESITOS

Ainhoa dijo...

Muchas gracias. Me alegro de que te guste lo que has leído.
Y no es que me esconda, es que no creo que este sea el espacio para mis relatos o la novela que estoy escribiendo.
Gracias por invitarme a visitar tu blog. Prometo hacerlo en breve.
Besos.

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