Tales of a female nomad


"Soy una nómada moderna. No tengo una dirección permanente, ni más posesiones que las que llevo conmigo, y muy pocas veces sé dónde estaré dentro de seis meses. Me muevo por el mundo sin un plan, guiada por el instinto, conectando con la gente a través de la confianza, y constantemente en busca de buenas oportunidades."

Así comienza Tales of a female nomad, un libro que llego hasta mí en forma de regalo de cumpleaños de mi gran amigo Cary DeLong, y que cuenta, en presente y en primera persona, las aventuras de una mujer estadounidense que, a sus cuarenta y ocho años, se encuentra divorciada, con los hijos ya en la universidad y sin deseo alguno de quedarse en casa lamentándose por ello. Doctorada en Antropología y escritora infantil de profesión, se lanza a descubrir un mundo que hasta entonces sólo conocía a través de libros y documentales. Méjico, Nicaragua, Guatemala, Israel, las Galápagos, Nueva Zelanda, Tailandia y sobre todo, Bali, donde residirá durante ocho años interrumpidos sólo por alguna escapada a su país.

Huye de los itinerarios frecuentados por los turistas, contactando principalmente con maestros de escuela a los que se ofrece para hablar de sus libros a los alumnos o enseñar inglés. Sus estancias suelen ser largas (aunque ninguna tanto como la balinesa), y sorprende la facilidad con la que la gente de casi todos los países mencionados le ofrece un lugar en el que alojarse, ya sea una cabaña o un palacete, sin apenas conocerla. Gracias a su primera y frustrante experiencia en una remota aldea mejicana, pronto se da cuenta de que para ser admitida en una comunidad con la que, en la mayor parte de los casos, no tiene en común ni el idioma, ha de vestir como ellos, comer lo que comen ellos, aprender las palabras y los gestos de cortesía y jamás juzgar lo que ve. Así consigue que la admitan como a una más e incluso le hagan partícipe de muchos de sus ritos ancestrales, creando lazos indestructibles con muchas de las personas que va conociendo a lo largo de los años.

Ahora, a sus setenta años, parece mantener intacto su entusiasmo por la gente de todos los rincones del planeta, porque es precisamente eso, conocer gente, lo que no le permite quedarse mucho tiempo en un mismo lugar.

En su página web http://www.ritagoldengelman.com/, podéis leer los diarios de sus últimos viajes. Merece la pena.

 

posted by Ainhoa on 2:52 p. m. under

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