Arizona


Hace casi diez años visité el desierto de Arizona. No sé por qué hoy me he acordado de ello; quizá porque nunca he podido olvidarlo.
Recuerdo que recorrimos decenas de kilómetros que parecían no conducirnos a ningún lado. Recuerdo que aquellos kilómetros estaban plagados de pedruscos, baches y súbitas pendientes que hacían que nos golpeáramos la cabeza con el techo de la furgoneta en la que viajábamos, que en aquellos momentos parecía una coctelera donde se agitaban tres alemanas insoportables (nada que ver contigo, Birgit), dos francesas muy graciosas, dos hermanos daneses encantadores, una japonesa y una suiza extremadamente educadas y dos españolitas para las que el mundo entero no era suficiente.
Justo cuando comenzaba a pensar que de alguna forma ajena a la lógica había ido a parar a una película de Buñuel (yo tenía veintiún años entonces; la vida todavía la imaginaba ordenada) llegamos a un campamento instalado a orillas de un improbable lago. Allí vivían Rusty y Betty, un matrimonio sexagenario, que un día decidieron que no había nada mejor en este mundo que contemplar las estrellas cada noche.
Criaban cerdos y cuidaban caballos y, de vez en cuando, decidían compartir aquel pedazo de tierra de apariencia hostil con otras personas.
Yo fui una de aquellas personas afortunadas que pudo pasear a caballo entre cactus gigantescos, escuchar las historias de Rusty y Betty al calor del fuego con un sencillo plato entre las manos, nadar en aquel lago improbable y contemplar las estrellas cada noche. Y respirar el amanecer, todavía frío. Y rendirse ante el calor porque era lo único que se podía hacer.
Porque aquel era un paisaje severo, despiadado, que te sujetaba por el cuello con fuerza y te gritaba al oído. ¡Mírame bien! ¡Mira a tu alrededor! ¡Mira al cielo! ¡Esta es la inmensidad que no empequeñece! ¡Siéntela! La inmensidad que te devuelve a ti mismo. Aquí todo es posible. Incluso existir.

 

posted by Ainhoa on 8:39 p. m. under

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo me ha gustado!
Cómo me ha hecho recordar mi viaje a Africa!!
Cómo me hace desear emprender un nuevo viaje!!!
Me encanta como escribes! Me gustaría leer más cosas tuyas.
Felicidades por el blog.

Ainhoa dijo...

Gracias, gracias, gracias. Esto de escribir multiplica por mil todas las inseguridades que pueda tener. Me alegro de que te guste. ¿Te imaginas qué diría "el Richal" si leyera algo mío? Porque no creo que mi estilo se asemeje mucho al de Moliere, ¿no?

Anónimo dijo...

Estoy seguro de que también le iba a encantar, aunque seguro que nunca te lo confesaría.

Search