Calor

Durante estos días de intenso calor, mi vida ha transcurrido como en una película de Eric Rohmer, como si no pasara nada en apariencia pero en realidad estuviera ocurriendo de todo. Al menos dentro de mi cabeza, que es donde ocurren las cosas más significativas. Porque, como ya he señalado varias veces en entradas anteriores, soporto muy mal el calor, me quedo sin fuerzas y no puedo pensar con claridad. Así que lo que hago es encerrarme en casa con mi fiel aire acondicionado, (como mucho salgo a comprar el pan o a dar algún paseo tempranero), y me entrego con pasión a actividades que requieren un mínimo esfuerzo físico. Leo, libros de viajes principalmente (qué forma más maravillosa de ir lejos, muy lejos), veo alguna película (Viaje a Darjeeling, una recomendación que vino desde Capri , es con la que más he disfrutado) o escucho millón y medio de veces seguidas Bleeding me (“I am the beast that feeds the feast”). Eso es lo que hago, recluirme con mis obsesiones y mis paranoias, más feliz que Zaplana en un centro de bronceado. Pero ahora que parece que las temperaturas han comenzado a bajar me encuentro con esta duda existencial: ¿de verdad quiero que este calor se consuma a sí mismo y desaparezca para volver a tener un cierto control sobre mi persona, o prefiero que se quede y así poder utilizarlo como excusa perfecta para seguir encerrada en mi casa y en mi cabeza, escenarios ideales ambos de una existencia diseñada a medida de mis desvaríos?

 

posted by Ainhoa on 5:57 p. m. under , ,

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé tal vez te haría bien que se fuera el calor...:D
Me gusta tu capacidad de auto-análisis y el humor que utilizas para describirte. Creo que todo está bien allá arriba (tu cabeza) si todavía eres capaz de observarte a ti misma. :)

Anónimo dijo...

Y cuando se vaya el calor y quiten las terrazas, ¿qué vas a hacer? Que eso no lo dices, pero bien que te gustan, ¿eh?

Ainhoa dijo...

Gracias por el comentario, anónimo, aunque creo que yo nunca puse en duda mi cordura... ¿o sí? Yo qué sé ;-)

A ver, Fenosa, por el bien de los que me leen, a veces es mejor omitir ciertas cosillas que le restan misterio y añaden banalidad a lo que escribo. Por eso el momento terraza (por mucho que tenga a Alfonso Reyes sentado cerca)con sus bravas y sus chopitos no venia a cuento en este momento de introspección que quería narrar. La literatura tiene sus trucos para resultar más interesante que la vida, pero, claro, tienes que llegar tú y dejarme en evidencia;-)
Ten amigos para esto...
Un besazo.

Anónimo dijo...

¿¿¿Pero qué dices??? ¿¿¿Qué puede haber más interesante que estar al lado (además tomando cañas) del creador del gran Enjuto Mojamuto???

http://muchachadanui.rtve.es/videos/06-enjuto-mojamuto.html

Ay, piticli, bonico...

Ainhoa dijo...

Más que interesante fue muy gracioso, sobre todo porque estábamos hablando de él y no nos habíamos dado cuenta, pero lo dicho, que no casa muy bien con lo que pretendía contar.
Por cierto, pobre Piticli.
Muchas gracias por la canción de Dido. La he escuchado un par de veces y me encanta.
Un beso.

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