Escocia













Escocia es frío y nubes y lluvia. Pero eso ya lo sabía. Escocia es más que Edimburgo, es gente amable y sonriente, a pesar de ese frío, de esas nubes y de esa lluvia. Y es lagos, muchos e inmensos, y castillos y acantilados; y a veces parece que es el mismísimo fin del mundo, aunque siempre habrá una cabina desde la que reclamar lo que uno es capaz de reconocer. Es una granja aquí y otra allá; e iglesias y hermosos cementerios entre montañas. Y cascadas y ciervos que, nerviosos, se cruzan en la carretera; y vacas con flequillo y vacas sin flequillo que te miran impasibles mientras, ellas también, se cruzan en la carretera. Callejones, museos gratuitos, cervecerías, bed & breakfast y curiosas señales que te indican que en ese lugar hay ancianos, y padres con sus niños. Y carteles en inglés y en gaélico, y acentos imposibles. Y pueblecitos costeros donde por fin veo brillar el sol, donde, quizá por ello, sus habitantes exhiben unas sonrisas tan radiantes que parece que nunca habrán de ser alcanzados por el dolor ni mucho menos por la tragedia. Escocia es un lugar donde la taza de café más pequeña tiene un tamaño que asusta casi tanto como los estampados de las moquetas o de las cortinas. El cielo, generoso en matices y elementos; la tierra, verde, amarilla y violeta.

 

posted by Ainhoa on 7:32 p. m. under

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Brokeback Mountain


En mi barrio los únicos cines que hay están en el interior de dos espantosos centros comerciales, por lo que últimamente ni me molesto en mirar la cartelera y espero pacientemente a que pongan las películas en Digital +. Con cada excepción que hago, como es el caso de "El ultimátum de Bourne" (Jason Bourne es mi debilidad, qué le voy a hacer) hace menos de un mes, me prometo a mí misma que esa será la última vez que pise uno, pero no es de los centros comerciales de lo que quería hablar, sino explicar que es por ellos por los que veo la mayoría de las películas con más de un año de retraso, y eso es precisamente lo que me ha ocurrido con "Brokeback mountain".

Poco puedo decir que a estas alturas no se haya dicho ya sobre ella, pero no puedo resistirme a comentarla porque me ha parecido una película sublime.

Es la historia de dos "cowboys" que se conocen cuando van a pedir trabajo al ranchero del pueblo, que los enviará a Brokeback Mountain a cuidar de sus ovejas. Ennis del Mar (Heath Ledger) es un hombre distante, introvertido, marcado por la muerte de sus padres, con un objetivo en mente: casarse con su novia, tener hijos y conseguir un trabajo con el que mantener a su familia. Jack Twist (Jake Gyllenhaal) es extrovertido y charlatán, cuyo deseo es ganarse la vida compitiendo en rodeos. Entre ambos, poco a poco, nacerá una amistad que no tardará en convertirse en algo más profundo. Cuando el aislamiento concluye y regresan de las montañas llega también la inevitable separación. Memorable la escena en la que Ennis, tras la marcha de Jack, se mete en un callejón a llorar y vomitar su dolor.

Los años pasan, ambos se casan, tienen hijos y no saben nada el uno del otro hasta que Ennis recibe una postal de Jack diciendo que pasará a visitarle. A partir de entonces, varias veces al año, se escaparán juntos a Brokeback Mountain, el único lugar donde pueden ser libres para amarse. La imposibilidad de estar juntos día a día acabará devorándolos como personas y afectando a todos aquellos que les rodean a medida que el tiempo va trancurriendo.

Lo que convierte a "Brokeback Mountain" en una película arriesgada es el entorno en el que se desarrolla la acción y también la época (comienza en 1963), aunque no hay que olvidar que en algunos de los estados más conservadores de E.E.U.U. se prohibió su exhibición en pleno siglo XXI.

Es una película narrada con un ritmo tranquilo, que no lento, el necesario para envolvernos en una atmósfera en la que la mayoría de las cosas se quedan sin decir y los sentimientos sin expresar por el simple hecho de que no podría ser de otra manera.

Y no quiero terminar sin señalar que hasta ahora Heath Ledger me parecía un chulo cuyo talento, si lo tenía, no lograba ver por ningún lado, pero en esta película hace un trabajo admirable, creando un personaje contenido, con muchos matices, dureza, ternura y una mirada huidiza y avergonzada por no poder evitar querer a Jack.

 

posted by Ainhoa on 5:38 p. m. under

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Girasoles

Hoy mi niño me ha regalado un sencillo ramo de girasoles, tan bonito que no puedo dejar de mirarlo. Él sabe cúanto me gustan los girasoles, cómo me gusta mirar los campos amarillos cuando vamos en el coche. Porque el amarillo es mi color; alguien me dijo que eso se debe a que soy Leo, signo de fuego, pero yo nunca he creído mucho en la astrología, (por no decir nada).
En fin, que no quisiera ponerme sensiblona ante mi escaso público; tú has visto mis ojos sonreír cuando has aparecido por la puerta.

 

posted by Ainhoa on 7:39 p. m. under

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Kafka en la orilla, de Haruki Murakami



Ahora que voy a comenzar a leer Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, me apetece hablar de la última novela de Haruki Murakami que he leído, Kafka en la orilla.

En ella hay dos historias principales, la de Kafka Tamura, un joven que se marcha de casa el día que cumple quince años debido a las malas relaciones que mantiene con su padre, un afamado escultor al que su esposa abandonó llevándose con ella a su hija; y la de Satoru Nakata, un entrañable anciano que siendo niño sobrevivió a un extraño incidente en el que él y sus compañeros de clase, en una excursión al campo, pierden el conocimiento y caen al suelo desmayados. Sus compañeros despiertan, sólo él permanece inconsciente durante unos días más y cuando despierta, ha pasado de ser un niño inteligente a perder la memoria, aunque a partir de entonces poseerá la extraña habilidad de hablar con los gatos.

A lo largo del viaje que ambos emprenden, por separado y por diferentes motivos, se encontrarán con personajes que les ayudarán a conseguir un objetivo que ni ellos mismos conocen y que se irá concretando a medida que la acción avanza.

El universo que Murakami fabrica para esta novela es un lugar plagado tanto de elementos fantásticos y extraños como de escenarios totalmente reconocibles, por el que los personajes y el lector se pasean con total naturalidad.

La historia es ambiciosa, una especie de tragedia griega narrada con sensibilidad y crudeza ; seicientas páginas que no quería que se acabaran nunca. ¡Qué suerte la mía!

 

posted by Ainhoa on 2:00 p. m. under ,

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